La actividad de cierre del módulo 3 introdujo otro modelo del diseño instruccional.
Como hemos visto en la primera parte del módulo 3, el modelo ADDIE involucra las fases de Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación y Evaluación. Dentro de la fase de Diseño, nos focalizamos en cómo se enseña y cómo se aprende, para lo cual se aplica la Planificación Inversa.
Este tipo de planificación permite que el estudiante no sólo se apropie de los conocimientos sino también que desarrolle nuevas relaciones en su estructura cognitiva.
Si bien esta nueva metodología cambia la estructura a la que habitualmente estamos acostumbrados, lo interesante del planteo es que el punto de partida involucra definir qué habilidades o capacidades se espera que el estudiante desarrolle y a partir de allí plantear qué actividades se van a llevar a cabo y cómo se van a evaluar. A diferencia del planteo tradicional, en el cual se toma el programa de la asignatura, se establece un cronograma de trabajo, actividades y evaluaciones para llegar a cubrirlo a lo largo del tiempo disponible.
Esa necesidad de definir lo que se espera del estudiante, hace que se tenga en cuenta el perfil profesional del futuro egresado y las competencias asociadas. Esto despierta además, el interés por parte de los estudiantes dado que entienden cuál es la utilidad del espacio curricular, es decir, para qué le sirve el mismo en su vida profesional (algo que habitualmente los desmotiva). A nosotros, como docentes, nos permite verificar si la materia que estamos dictando está adecuada o no al perfil de la titulación y si somos capaces de propiciar, a través de lo que proponemos, el desarrollo de al menos una parte de las competencias requeridas en nuestros estudiantes.
A continuación, les comparto la presentación personal y bienvenida al espacio curricular a través de un podcast.
Nuestro viaje ya está terminando....
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